Sobrevivir en la era de las contraseñas
Es muy común escuchar la expresión «se me olvidó la contraseña» cuando intentamos acceder a un sitio web que no utilizamos a menudo.
Los sitios permiten recuperar la contraseña pero, en muchos casos, preferimos crear un nuevo usuario o no acceder al sitio en el momento.
Los diferentes navegadores web tienen la opción de guardar usuario y contraseña, lo que permite que tengamos a nuestra disposición siempre los datos de acceso.
Esto es muy interesante, ya que nos ahorramos mucho tiempo en digitar una a una las palabras y números para acceder, pero ¿qué tan seguro es? ¿quién garantiza que estas no serán robadas por piratas informáticos? ¿esto se encuentra encriptado?
Son muchas las preguntas que nos asaltan cuando nos aparece el cuadro con la opción. ¿lo hago?
Administrador de contraseñas
Existen aplicaciones que pueden ser de gran utilidad para los datos de acceso a los sitios web. Muchas de estas son de paga, otras no; lo que sí puedo decir es que lo gratis no existe y, de alguna manera, estas compañías utilizan los datos con fines de marketing y demás.
Actualmente utilizo 1Password. La adquirí a través de la tienda de aplicaciones de Apple y, desde que la uso, se ha vuelto una herramienta aliada de mi seguridad informática.
Esta me permite guardar la dirección web, usuario y contraseña para acceder al sitio. Varias veces, necesito cambiar la contraseña ya sea por política del sitio o por interés de cambiar periódicamente estas. Pues bien, esta app me sugiere una nueva contraseña bastante extensa lo que permite que no sea tan fácil de descifrar.
Una de las opciones convencionales que se utilizan es imprimir los datos de acceso a los sitios web y guardarlos en un lugar seguro en casa. Esto puede sonar muy arcaico pero nadie esta exento de perder su teléfono o el acceso a consultar los datos.
Por lo anterior, recomiendo que utilices algunos de los siguientes apps, ya sea para Android o iOS y mantengas resguarda tu valiosa información.
1 comentario en «¡Se me olvidó la contraseña!»